Cómo disfrutar del Año Nuevo
Blog de anatomía
04 Jan, 2016
En Anatomie, nuestro único propósito para 2016 es disfrutar plenamente de nuestras experiencias. Tenemos muchísimas oportunidades para detenernos y disfrutar del momento, para apreciar realmente lo que tenemos por delante o lo que nos espera. Sin embargo, con demasiada frecuencia arruinamos estos hermosos momentos con preocupaciones, teléfonos con cámara y expectativas desmesuradas. Ya sea que planees viajar al otro lado del mundo este año, hacer un viaje rápido a climas más cálidos o capear las tormentas invernales desde casa, aquí tienes cuatro consejos para disfrutar al máximo de tus aventuras dondequiera que estés.

Estar listo
Cuanto más preparado estés para un viaje, menos tiempo pasarás preocupándote por los detalles. Reserva con mucha antelación, haz listas de verificación, copias de documentos importantes, un itinerario detallado e investiga un poco sobre adónde vas. El New York Times informa que anticipar unas vacaciones puede brindarte tanto disfrute, si no más, que el viaje en sí. El tiempo dedicado a sumergirte en una cultura diferente, como aprender el idioma nativo, leer sobre las costumbres, modas y comidas locales, y cualquier otra información que puedas conseguir, en última instancia, conducirá a un viaje más satisfactorio, antes, durante y después de la escapada. Esto también es cierto para la vida cotidiana. Cuanto menos tiempo pases rascándote la cabeza preguntándote qué tienes que hacer esta tarde o más tarde esta semana, más tiempo tendrás para concentrarte en el ahora mismo . ¡Haz una lista de cosas por hacer, busca direcciones con anticipación y vive el momento!
Quedar asombrado
Aunque planificar es un gran ejercicio, tendemos a idealizar nuestras experiencias futuras y, al hacerlo, creamos expectativas inalcanzables. Por mucho que planifiques, solo puedes hacer lo que te propongas antes de embarcarte en él. Las calles adoquinadas, los tuk-tuks, los edificios antiguos, la gastronomía exquisita, las playas sensacionales, los aromas fascinantes, las modas desconocidas. El choque cultural forma parte del encanto de viajar y, si bien es un placer planificar unas vacaciones, puede ser igual de gratificante empaparse de una cultura mediante una inmersión total. No te apegues tanto a tu itinerario que olvides disfrutar de los pequeños detalles. Levanta la vista de tu guía y disfruta del momento: cómo te sentiste al estar en ese lugar desconocido, en ese preciso momento, como estás ahora. Contempla a los artistas callejeros, presta atención a la presentación especial de una comida, admira la arquitectura de otra época. Deja que este nuevo lugar te sorprenda y permítete desviarte de tus planes originales de vez en cuando. Sorprenderse no se limita a lugares nuevos; prueba a abrirte a nuevas experiencias también en casa. Toma el camino más largo a casa, saluda a un desconocido, haz algo espontáneo. Varía tu rutina y te alegrará descubrir lo sorprendente que puede ser ese lugar familiar.
Invierte en experiencias, no en cosas
La mejor manera de verlo es en retrospectiva. Al volver de vacaciones o de unas compras para aliviar el estrés, hay un disfrute inicial: el de dar regalos, la comodidad mínima de las cosas nuevas y lujosas, y el sutil recordatorio del tiempo que pasaste lejos de los objetos que trajiste para adornar tu casa. Pero a medida que los recuerdos se desvanecen, también lo hace la felicidad asociada a ellos. Pronto, los objetos se convierten en un desorden y terminan siendo más una molestia que un recuerdo agradable. Cuando gastas tu dinero en experiencias, inviertes en una historia. Los tours, las excursiones, la emoción y la adrenalina de algo nuevo, en última instancia, te cultivan como persona. Las experiencias te traerán felicidad a largo plazo más que cualquier simple capricho. Lo mismo aplica a ahorrar para un futuro viaje en lugar de comprar esas botas impulsivamente; la próxima vez que sientas esa necesidad, piensa en una noche en Cabo o en otro par de zapatos.

Baja la cámara
Con demasiada frecuencia vemos la vida a través de nuestros iPhones, temiendo perdernos un momento especial y olvidarnos de vivirlo la primera vez. ¿El resultado? Un video borroso que ocupa el poco espacio que queda en nuestro teléfono y un recuerdo empañado por la impaciencia y con una profunda falta de disfrute. No hay nada de malo en tomar fotos, pero tanto en vacaciones como en la vida diaria, practica disfrutar cada momento a fondo antes de coger la cámara. Crea un recuerdo en tu mente y conviértelo en tu secreto. Atesora ese momento que solo tú viste y vívelo una y otra vez como solo tú podrías.
De parte de todos en Anatomie, ¡les deseamos un Feliz Año Nuevo lleno de prosperidad y alegría! ¿Tienen sus propios trucos para disfrutar de las experiencias, grandes y pequeñas? ¡Compártanlos en los comentarios!